Dibujos: Alex Niño


A partir de finales de los años 60, Alex Niño solía tomarse un descanso en la realización de cómics para trabajar en sus propias creaciones. Estas ilustraciones eran generalmente obras grandes y detalladas surgidas de su productiva imaginación. Muchas de ellas estaban ambientadas en su propia creación de Gruaga, the Fifth Corner of the World. Cuando Alex hizo estos dibujos, nunca pensó que se publicarían. Eran simplemente otras vías de expresión que se le negaban en su trabajo habitual dentro del cómic. Desafortunadamente, debido a la erupción del volcán Pinetubo, el segundo mayor en importancia de los habidos a lo largo de todo el siglo XX, una parte importante de estos trabajos fueron destruidos: originales de pintura, ilustración, historieta y sus colecciones de cómics. Afortunadamente, otra parte de ese material fue enviado anteriormente a los Estados Unidos y puesto al cuidado de su amigo intimo, Orvy Jundis.
La mayor parte de los dibujos e ilustraciones que aparecen en esta entrada forman parte de esa colección.
La mayor parte de los dibujos e ilustraciones que aparecen en esta entrada forman parte de esa colección.

En efecto, Niño ya era el mejor dibujante de lo monstruoso jamás visto. Él mismo declaraba su pasión por dibujar criaturas horrendas, las cuales surgían de sus frustraciones o las deformaba a partir de las facciones de personas a las que había cogido manía (o bien de otras fuentes de la imaginación más… etílicas). Sea como fuere, se convirtió en un maestro de lo grotesco en sus historietas de corte fantástico. Niño era capaz de rescatar seres del imaginario filipino, algunos de ellos reminiscentes de ancestrales espectros orientales, y los combinaba con mil formas para reconstruir una fauna horripilante: ojos en vertical, ojos únicos, bocas ensanchadas, rostros aplastados, cabelleras hirsutas, osamentas erizadas, barrigas abombadas, bocas como vaginas, cuerpos como intestinos, pieles reptilescas, seres antenados y aleteados, tentáculos por doquier… Había en los monstruos de Niño un inevitable apego con la tradición de su tierra al mismo tiempo que bullía en ellos algo sexual. Una sexualidad sucia, blanda y vieja, que producía horror...












