Nacido en Filipinas en 1940, Alex Niño es, entre todos los artistas de aquel país que trabajaron para el mercado norteamericano durante los años 70, probablemente el que mayor reputación y prestigio alcanzó por su peculiares planteamientos artísticos
Comic Filipino
Dibujos: Alex Niño
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Nacido en Filipinas en 1940, Alex Niño es, entre todos los artistas de aquel país que trabajaron para el mercado norteamericano durante los años 70, probablemente el que mayor reputación y prestigio alcanzó por su peculiares planteamientos artísticos, impregnados de una psicodelia alucinógena y barroca que encontró su razón de ser en una época dominada por argumentos fantásticos, ciencia ficción, historias macabras y sobrenaturales y cierta libertad a la hora de tocar temas tradicionalmente conflictivos para la censura.
"Hijo de un fotógrafo profesional, Alex Niño comenzó a estudiar medicina en Manila pero abandonó estos estudios en 1959 para perseguir su meta de llegar a ser dibujante de cómics. Después de un periodo de formación con el dibujante Jess Jodloman, a partir de 1964 colaboró con decenas de títulos de revistas de historietas filipinas, Bulaklak, Pilipino Komiks, Espesyal Komiks, Redondo Komiks, Fantasia Komiks, Sampaguita Komiks, Continental Komiks, Pinoy Komiks, Pioneer Komiks (donde desarrolló su serie más recordada en Filipinas "Gruaga"), Universal Komiks, United Komiks, Planet Komiks, Lagim Komiks. Dibujó sobre guiones de algunos escritores conocidos, como Clodualdo del Mundo, Marcelo B. Isidro, y sobre todo con Pablo S. Gómez, el fundador del sello PSG, que fue quien realmente lo "descubrió" y dio alas como autor. [...]

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Los influjos primeros de Niño fueron, obviamente, los autores americanos que leía en la prensa (los eternamente citados Foster y Raymond, sobre todo este último, por lo que se refiere a cómo deslizaba los cuerpos o las masas del escenario a modo de barridos en las páginas dominicales), pero también otros como Al Capp (sobre todo en el comienzo de su carrera, y quién sabe si esto influyó en aquella historia sobre los Shmoo en Warren), los ilustradores igualmente americanos de revistas y publicidad (los habitualmente recordados Franklin Booth o J.C. Leyendecker) y los autores locales, con la ineludible presencia de Francisco V. Coching, que había aprendido de los mismos maestros americanos. Durante su formación en el taller de Jodloman, Alex tomó lo mejor de todos los autores que por allí pasaron o vampirizó estilos y formas de los mejores que aparecían cada semana en los komiks, sobre todo de Redondo y Santos, aunque para un lector de ojo entrenado es obvio que tomaba asimismo elementos de los estilos de Yandoc y de Alcalá. [...] Fue precisamente debido a la aparición del personaje vikingo enfrentado a lo sobrenatural Voltar, creación de Alcalá para Alcala Fight Komix, cuando Niño quiso dar el salto definitivo como profesional. Pero no lo tuvo fácil. Durante los primeros años sesenta, la edición de cómics en Filipinas comenzó a rodar por la cuesta de la crisis; lentamente tras la caída de la monopolista Ace, más aceleradamente desde la subida al poder en 1965 del dictador Marcos. La edición, al dejar de estar monopolizada por Ace, fue protagonizada por varios editores, entre ellos algunos autores (guionistas o dibujantes), capaces tanto de dirigir estas pequeñas empresas como de crear decenas de páginas a la semana sobre la base de un esfuerzo continuado y demoledor. Esto fue así en los tebeos del sello GMS, como Kilabot Komiks, o los de CRAF Publications, fundado en 1963 por un colectivo de autores entre los que se encontraban Alcalá y los hermanos Redondo. Hubo otros sellos, y Niño lo intentó con la mayoría pese a que su estilo era inadecuado a los ojos de algunos editores, o demasiado heterodoxo a su juicio, pues le sugerían cambios en su tratamiento de la historieta que él nunca quiso admitir, aferrado ya entonces a la idea de que su trabajo era una obra artística, no un "producto". [...]
Niño nos ha permitido observar lo asideros a los que el horror como género se ha ido aferrando a lo largo de casi todo el siglo XX. Como en Filipinas existía un arraigo especial por el folclor popular y los miedos tribales, el horror atávico estaba representado en las historietas que dibujó Alex Niño cuando comenzaba su carrera. Aquellos cómics de miedo de los cincuenta y que allí persistieron durante los setenta, se fundamentaban en miedos a lo desconocido, a lo que ni la experiencia podía sortear y sólo hallaba consuelo en la religión. En Filipinas, a la llegada de los sesenta, comenzaron a incorporar a sus historietas los llamados mitos del horror gótico, sofisticados paquetes icónicos que recogían la esencia de los temores atávicos para modelar figuras reconocibles (el licántropo, el vampiro, el hombre reconstruido, el cadáver andante). Cuando Niño dio el salto a los EE UU y comenzó a trabajar para DC en los primeros setenta, siguió dibujando temas similares a los descritos, pero con una perspectiva nueva: el origen del horror se encuentra en el propio individuo, no en un agente externo..." [1].

[1] Cita de Manuel Barrero, en "La historieta filipina de horror", Tebeosfera, segunda época , Núm. 5 (3-IV-2010).

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