Guion: Roy Thomas / Dibujo: Frank Brunner
La Ciudadela Escarlata, es la adaptación del relato del mismo título escrito por Robert E. Howard. Este fue el segundo cuento de Conan en ser comprado y publicado, apareciendo en el número de Weird Tales de enero de 1933, aunque realmente Howard escribió entre medias otras dos historias del cimerio, ambas rechazadas: The Frost-Giant's daughter (La hija del Gigante Helado), que no vio la luz hasta 1976, y The god in the bowl (El dios del cuenco), que tampoco fue editado hasta 1975. Fue a partir de La Ciudadela Escarlata cuando realmente el personaje se convirtió en un éxito, y raro fue el número de Weird Tales desde entonces que no incluyese una aventura del cimerio, hasta la muerte -y más allá- de su autor.
"Con excepción de la novela La Hora del Dragón, es este uno de los pocos relatos en que Howard se centra en la vida de Conan como monarca de Aquilonia. De hecho, transcurre pocos meses después de que arrebatara el trono al tirano previo con la misma violencia que lo ganó éste. Pero la experiencia en la batalla no prepara a Conan para las lides de la política, por lo que no tarda en ser traicionado por su presunto aliado, el rey Almarus de Ophir en coalición con Strabonus, soberano de Koth. Derrotadas sus tropas y aprisionado, es encerrado en los calabozos de la temida Ciudadela Escarlata, el castillo del brujo Tsotha-Lanti que gobierna de facto en Ophir. Allí elude la muerte en forma de gigantesca serpiente y consigue liberar a un poderoso mago que le ayudará a volver a su reino. Por lo que Conan regresa como un triunfal jinete alado para tomar cumplida venganza de hechiceros y reyes.
El dibujo de Brunner infunde al personaje suficiente madurez, solemnidad y entereza como para asumir el trono de la nación más poderosa de la Era Hyboria. Su dramática utilización de las sombras, la vitalidad de la línea y la dinámica planificación sirven tanto a las escenas con espectaculares movimientos de masas como a las que discurren entre galerías tenebrosas repletas de mortales engendros.
De los cinco capítulos en que Thomas divide la obra, el primero y el último transcurren en el campo de batalla: episodios de tal intensidad que cobran tintes de cantares de gesta. Entre los cuales constituye su culmen una vibrante viñeta-secuencia -a doble página- que describe al rey Conan en un tumulto de acero y sangre, batiéndose como un indómito león en un círculo creciente de cadáveres enemigos." [1].
[1] Cita de Yexus, en "Conan: paisajes bárbaros", Sinsentido, 2004, pág. 62.
"Con excepción de la novela La Hora del Dragón, es este uno de los pocos relatos en que Howard se centra en la vida de Conan como monarca de Aquilonia. De hecho, transcurre pocos meses después de que arrebatara el trono al tirano previo con la misma violencia que lo ganó éste. Pero la experiencia en la batalla no prepara a Conan para las lides de la política, por lo que no tarda en ser traicionado por su presunto aliado, el rey Almarus de Ophir en coalición con Strabonus, soberano de Koth. Derrotadas sus tropas y aprisionado, es encerrado en los calabozos de la temida Ciudadela Escarlata, el castillo del brujo Tsotha-Lanti que gobierna de facto en Ophir. Allí elude la muerte en forma de gigantesca serpiente y consigue liberar a un poderoso mago que le ayudará a volver a su reino. Por lo que Conan regresa como un triunfal jinete alado para tomar cumplida venganza de hechiceros y reyes.
El dibujo de Brunner infunde al personaje suficiente madurez, solemnidad y entereza como para asumir el trono de la nación más poderosa de la Era Hyboria. Su dramática utilización de las sombras, la vitalidad de la línea y la dinámica planificación sirven tanto a las escenas con espectaculares movimientos de masas como a las que discurren entre galerías tenebrosas repletas de mortales engendros.
De los cinco capítulos en que Thomas divide la obra, el primero y el último transcurren en el campo de batalla: episodios de tal intensidad que cobran tintes de cantares de gesta. Entre los cuales constituye su culmen una vibrante viñeta-secuencia -a doble página- que describe al rey Conan en un tumulto de acero y sangre, batiéndose como un indómito león en un círculo creciente de cadáveres enemigos." [1].
[1] Cita de Yexus, en "Conan: paisajes bárbaros", Sinsentido, 2004, pág. 62.
