Guion y Dibujo: Jacques Tardi


Por cuestiones relacionadas con sus protagonistas, la Primera Guerra Mundial aparece mencionada en los libros de Tardi anteriores a La Guerra de las Trincheras. Incluso la mĆ”s cĆnica de sus heroĆnas, AdĆ©le Blanc-Sec, se ve afectada por ella, aunque perifĆ©ricamente. Pero aquĆ el artista -hijo de soldado- da un paso decisivo. Ya no ve la guerra como un observador, sino que se sumerge en las rutinas de la guerra y sus horrores.
Son muchos los historiadores que han debatido las causas de la Gran Guerra, pero Tardi estĆ” mĆ”s preocupado por los mĆ©todos de supervivencia de los soldados de ambos bandos, por cómo vivĆan, luchaban y sobrevivĆan en las trincheras. El artista se pregunta cómo es posible soportar tanto sufrimiento.
No hay respuestas simples para tales cuestiones. En un esfuerzo por captar lo insondable y lo indescriptible, Tardi retrata la vida cotidiana de un simple soldado, moviĆ©ndose de un personaje a otro cuando el primero muere - y muchos lo hacen- en un esfuerzo por mantenerse lo mĆ”s cerca posible de los soldados de primera lĆnea. Muestra el barro, los cadĆ”veres en descomposición, los restos humanos, las ratas, los gritos de los moribundos, el frĆo penetrante, las agonĆas que duran toda la noche, los primeros y aterradores tanques, y las nubes de gas mostaza.
Con absoluta brusquedad y precisión, el artista no obvia nada: describe la realidad acumulando detalles dolorosos. Aparte de ¡Puta Guerra!, la obra de 2008 en la que Tardi volvĆa al tema, las novelas grĆ”ficas nunca han tratado la cuestión con tanta intensidad. Como dijo Art Spiegelman, «es un libro infernal». [1].
[1] Cita de Nicolas Finet, en "1001 Cómics que hay que leer antes de morir", Grijalbo, 2012, pÔg. 440.
Son muchos los historiadores que han debatido las causas de la Gran Guerra, pero Tardi estĆ” mĆ”s preocupado por los mĆ©todos de supervivencia de los soldados de ambos bandos, por cómo vivĆan, luchaban y sobrevivĆan en las trincheras. El artista se pregunta cómo es posible soportar tanto sufrimiento.
No hay respuestas simples para tales cuestiones. En un esfuerzo por captar lo insondable y lo indescriptible, Tardi retrata la vida cotidiana de un simple soldado, moviĆ©ndose de un personaje a otro cuando el primero muere - y muchos lo hacen- en un esfuerzo por mantenerse lo mĆ”s cerca posible de los soldados de primera lĆnea. Muestra el barro, los cadĆ”veres en descomposición, los restos humanos, las ratas, los gritos de los moribundos, el frĆo penetrante, las agonĆas que duran toda la noche, los primeros y aterradores tanques, y las nubes de gas mostaza.
Con absoluta brusquedad y precisión, el artista no obvia nada: describe la realidad acumulando detalles dolorosos. Aparte de ¡Puta Guerra!, la obra de 2008 en la que Tardi volvĆa al tema, las novelas grĆ”ficas nunca han tratado la cuestión con tanta intensidad. Como dijo Art Spiegelman, «es un libro infernal». [1].
[1] Cita de Nicolas Finet, en "1001 Cómics que hay que leer antes de morir", Grijalbo, 2012, pÔg. 440.











